disolventes del egoísmo individual o de grupo, de los
prejuicios y de los dogmatismos” Raúl Alfonsín.
Nadie en Argentina desconoce que estamos frente a la peor
crisis desde hace 90 años,
disparada por la pandemia de COVID 19.
Sólo una estatura política pequeña puede obviar las circunstancias que se viven en el
país, con la sociedad sometida a un estrés sanitario con
fuerte repercusión económica y
social y una necesidad objetiva de evitar divisiones
artificiales para trabajar por el bien
común, dirimiendo democráticamente los disensos.
En lo que constituye una provocación irresponsable, con el
voto de 3 a 1 de sus
miembros, la Mesa del Comité Provincia de Buenos Aires de la
UCR, en su 1ra
resolución del año, el 28 de agosto pasado, ha decidido la
extinción de afiliación de
750 afiliados.
Decimos que se trata de una provocación porque la Mesa no
tiene atribución para eso,
menos aún con voto de 3 miembros y porque cualquiera puede
advertir que es la única
Resolución en 2020. Es decir, el Comité no había producido
ninguna antes y es posible
no produzca ninguna después. Sólo lo hizo para quitar 750
afiliados de un plumazo.
No sólo se da de patadas con el momento especial de la
Argentina sino también con la
tradición del radicalismo frente a otros disensos profundos
que buscan salvarse
permitiendo el debate interno.
En 2017 el hoy diputado nacional Facundo Suarez Lastra
enfrentó a la UCR en Capital
Federal
En 2019 el diputado nacional Mario Negri enfrentó a la UCR
en Córdoba.
En Santa Fe, el actual presidente de la UCR provincial,
Carlos Fascendini, integró el
Frente Progresista que compitió contra otra porción de
radicales.
El propio presidente de la Unión Cívica Radical, Alfredo
Cornejo, fue en 2007 impulsor
de la Concertación que en alianza con el Frente para la
Victoria impuso la fórmula
Cristina Fernández – Julio Cobos contra la decisión de la
Convención de la UCR.
Además, es notorio que no se ha usado la misma vara con
aquellos radicales que,
habiendo ido en otras listas en 2019 por habérseles impedido
la competencia interna,
no se los sanciona porque hoy apoyan al oficialismo
partidario.
Tampoco se sanciona la incompatibilidad entre cargos
electivos y partidarios que
marca la Carta Orgánica de la UCR de la Provincia, lo que
haría incompatible al actual
presidente Daniel Salvador con su cargo ejercido como
vicegobernador
Por último, estatutariamente, no hay ninguna atribución de
la Carta Orgánica para que
la mesa ejecutiva de 4 miembros pueda tomar sanciones. Menos
aún contra 750.
En lo expuesto puede advertirse la provocación. Sin embargo,
debe señalarse la causa.
Esta decisión de achicar la Unión Cívica Radical, en un
momento en que el país necesita
de todos los que tengan voluntad de participar para superar
divisiones y trabajar por el
bien común, obedece pura y exclusivamente a una necesidad
personal de permanecer
atados a privilegios y designaciones a dedo de familiares en
cargos electivos.
Los que no supieron defender los intereses de los
bonaerenses, resignando un
desdoblamiento electoral que hubiera posibilitado evitar la
derrota de 2019, los
“comandos de la derrota”, atados a las prebendas y la
resignación, advierten que su
tiempo se termina y apelan a medidas desesperadas.
Provocan, con estatura de pigmeos, porque quieren
desesperadamente frenar el
veredicto de los afiliados que saben que la Unión Cívica
Radical puede dar mucho más
que la pálida imagen de partido segundón y sin propuestas.
Por ello,
por la particular situación de la Provincia y la Argentina,
por la necesidad de superar la grieta que paraliza al país,
por lo inoportuna, ilegal, arbitraria y desigual de la
decisión,
por la necesidad de abandonar privilegios personales y
familiares y transparentar la
acción política retomando la austeridad como gesto
republicano,
porque la UCR es una conjunción indivisible de lucha por la
igualdad, respeto a las
instituciones y democracia interna
Exigimos a los integrantes del Comité Provincia de Buenos
Aires de la UCR la
inmediata anulación de la proscripción de 750 afiliados
radicales.
La Plata, 31 de agosto de 2020
1 comentario :
El peor enemigo de la democracia es que quienes detentan el poder tienen todo el poder sobre la vida, derechos y posibilidades del pueblo, como sucede ahora, que tiene prohibido desenvolverse en libertad
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