
La madre de una joven de 28 años que el viernes por la noche
fue apuñalada al menos cinco veces por su ex pareja en una casa del barrio
Autódromo confirmó que el agresor preparó el hecho y que aprovechó el momento
en que le llevó los hijos a la casa para atacarla. Más allá de la buena
evolución que tuvo en las últimas horas, Camila Soledad Berrios sigue internada
en el Hospital Interzonal General de Agudos (Higa).
En la puerta del hospital, detrás de una bandera con fotografías
de su hija, Mónica Rey contó la
necesidad de obtener datos para dar con el paradero de Julio Molina, el hombre
que el viernes a las 11 de la noche apuñaló a la joven. “Necesitamos que lo
encuentren, que se haga justicia, que nadie tenga que pasar por esto nunca
más”, dijo.
La mujer que recordó que el viernes Molina se llevó a los
dos hijos que tenía con Camila y que después de las 23 los llevó de nuevo a la
casa de la joven. “Esperó que ella se diera vuelta para acostar a uno de los
chicos, la atacó por la espalda y le
provocó cortes en la nuca, cuello, cerca del corazón y la ingle. Me la cortó
toda”, contó.
Al oír los gritos de ayuda Mónica se levantó de la cama,
abrió el portón –las casas están al lado una de otra- y encontró a la joven
tirada en el piso, desangrándose. “Tomé un trapo, se lo puse en el cuello
haciendo presión y gracias a que mi hijo vino con un vecino en una camioneta la
pudimos llevar al hospital, la atendieron rápidamente y por suerte está
evolucionando”, agregó.
“Creemos que lo tenía todo planeado”
Camila y Molina tienen dos hijos en común y vivían en una
casa ubicada en Azopardo al 12.200 hasta que la mujer se separó porque él la
había golpeado. “Él la había recagado a palos, pero logró convencerla y
volvieron a vivir juntos un año hasta que hace tres meses se separaron porque
la relación no iba más”, contó la madre de la joven.
A partir de la separación el joven de 25 años se quedó a
vivir en lo de sus padres –en una casa lindera a la de Mónica- y comenzó a
perseguirla cuando ella salía por el barrio para vender rosquitas y panificados
por el barrio.
“Pido justicia por mi hija y que ninguna otra mamá pase por
esto y que si alguien lo está ocultado que lo entregue porque sino es tan
responsable como él. Es fuerte ver esta injusticia, no se lo deseo a nadie,
debemos ayudar para que no esto no pase más”, concluyó.
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